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 Les puedo asegurar que nadie conoce mejor que yo este papel, llevo 4 años actuando de segundo entrenador en equipos de diferentes categorías, desde infantiles a sénior de 2ª Autonómica, pasando por cadetes, sénior de 2ª insular y sub 22, con diferentes resultados deportivos.

Me consuelo a mi mismo diciéndome que todavía no he entrenado a ningún equipo como primer entrenador debido a la poca disponibilidad de tiempo que me deja mi otro trabajo como asesor fiscal, pero la verdadera realidad es que la causa es mi falta de preparación y experiencia en esas lides, por ello sigo formándome sin perder la esperanza.

La verdad es que recomiendo a todos los entrenadores que comienzan en este mundo del baloncesto a "pagar el peaje" de dos, tres o cuatro añitos de segundo entrenador, o como gusta decir ahora de entrenador ayudante, porque es, entiendo yo, la mejor manera de aprender algo de este digno oficio, y sí además tienes la suerte, como he tenido yo, de estar a las ordenes de grandes entrenadores y mejores personas, pues mejor aún.

Todavía recuerdo el primer día en que mi primer entrenador te dice, muchacho mañana no puedo venir porque tengo partido a la misma hora del entrenamiento, sude tinta, no sabía por dónde empezar, como preparar el entrenamiento, como llevarlo escrito en gráficos para no olvidarme de los ejercicios, como dirigirlo sin que se notase por parte de los jugadores que ellos sabían más que yo, había que hacerlo y no morir en el intento. Cuando llegó el momento no sabía ni por dónde empezar, no sabía cómo llamar al centro de la cancha a los jugadores, como ser enérgico para que no se me fuese el asunto de las manos y no parecer imbécil, me sudaban las manos y en el desarrollo de los ejercicios no me salían las palabras para corregir los ejercicios, dejaba que ellos siguieran haciendo lo que mejor podían.

Pero aquel día pasó y ya no me pillaron más fuera de juego, a partir de aquel día tengo sesiones de entrenamiento preparadas, ejercicios de todo tipo preparados en mi libreta que no se separa de mi en ningún momento, tomo notas en los entrenamientos, copio los ejercicios que diariamente vamos haciendo, y lo que es más importante no veo la hora de que el primer entrenador de turno me diga aquella famosa frase de "muchacho mañana empiezas tu el entrenamiento porque voy a llegar tarde", o mejor aún, "mañana entrenas tu porque tengo partido a la misma hora con el equipo de categoría inferior".  Sé que a algunas personas del club le parece que igual abusan de mí los primeros entrenadores, pero para mí ha sido una bendición, ha sido la única manera de ir entrando en el mundillo del baloncesto.

Y no digamos nada de los partidos, aquí la cosa cambia porque de manera inexcusable el primer entrenador siempre está y la responsabilidad de la puesta en escena le corresponde a él, si acaso algún que otro calentamiento pero nada más, no he tenido todavía la suerte de que alguno de mis primeros entrenadores se pusiese enfermo de al menos una gripe, y si eso ha sucedido, ha sido tal mi falta de experiencia que han mandado a dirigir a algún que otro entrenador más experimentado.

Pero aquí también hay un campo de enseñanza impresionante, ya que el menos así lo veo yo, al segundo entrenador le corresponden los detalles, que no falte nada, que estén los banquillos preparados, que estén las actas, que estén listas todas las fichas de los jugadores, etc., etc., la logística de la que tienes que encargarte cuando como en un club como el mío no podemos permitirnos el lujo de un segundo entrenador y de un delegado de equipo.

Otra cosa que recomiendo a los que comienzan a andar como segundos entrenadores es que se encarguen de las estadísticas, tiene muchas ventajas y algún que otro inconveniente. Entre las ventajas destaca la que te permite aprender sobre las reglas y normas de los partidos, a leer los gestos de los árbitros y los auxiliares de mesa, a saber interpretar las jugadas, leer las decisiones, en definitiva tomarle el pulso a los partidos. Entre los inconvenientes está el que te pierdes mucho de las jugadas, de los sistemas empleados por ambos equipos, ya que la dinámica de los partidos no te permiten otra cosa que anotar en las estadísticas todo aquello que pasa, es más en muchas ocasiones tienes que servirte de compañeros del banquillo para que te cantes lo que acaba de pasar porque estabas anotando algo y se te escapó, en definitiva no llegas a adquirir la habilidad necesaria en la lectura del juego. Por eso es recomendable hacer estadísticas los dos o tres primeros años, después que se encarguen los delegados.

En el papel estricto de entrenador ayudante, que es lo que espera de ti tu entrenador principal, que estés con él en las duras y en las maduras, que seas su apoyo incondicional, que hagas el trabajo de hombre bueno con los jugadores para equilibrar su papel de hombre duro. Que estés para cuando en los partidos necesite algún consejo o indicación tuya, pero que no le estés atosigando e incordiando constantemente durante el desarrollo de los partidos, en definitiva que le seas útil, que sumes  y que no le supongas un problema añadido a los que ya de por si tiene.

Ánimos compañeros entrenadores ayudantes.